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Caso real de trasplante capilar con robot ARTAS iX: Iván “Shave the Sailor”



Se mueve entre peine, tijera y navaja. Si todos llevamos nuestro ADN en el pelo, él lleva el pelo en su ADN: ha hecho de un buen corte de pelo y una barba perfectamente recortada su forma de vida, con el olor del café y la huella de antiguas crónicas marineras como escenario. Así es Iván, barbero y capitán de la barbería viguesa Shave The Sailor.


Iván fue uno de los primeros clientes de QMED. En concreto, en la clínica QMED de Vigo. Con la exigencia propia de una persona con su expertise en cabello, decidió ponerse en nuestras manos para realizarse un injerto capilar con robot ARTAS iX.

Hemos charlado con él para que nos cuente de primera mano cómo ha vivido el procedimiento y cómo está evolucionando su trasplante capilar.


¿Por qué decidiste someterte a un tratamiento de implantología capilar?

En los últimos años he notado que en la zona de la coronilla tanto el volumen como la cantidad de cabello ha mermado considerablemente, es por ese motivo que decidí hacerlo ahora, antes de esperar a que evolucione. Creo que de esta manera el impacto visual será menor.


¿Sentiste dolor durante el procedimiento o los días posteriores?

Básicamente me resultó lo más parecido a ir al dentista, únicamente noté los pinchazos de la anestesia, pero el proceso, aunque fueron varias horas, fue llevadero.

Los días posteriores no noté dolor alguno, simplemente alguna molestia en la zona de extracción y de implantación que a mí, que estoy bastante tatuado, me resultaron similares a cuando te haces un tatuaje en lo que se refiere a cuidados y las molestias posteriores.


¿Podrías contarnos un poco más acerca de cómo fue el día posterior al tratamiento? ¿Pudiste incorporarte al trabajo pronto?

Me retiraron la gasa que llevaba en la cabeza, me hicieron un lavado con suero fisiológico y a hacer vida normal. Lo mejor es tenerlo al aire para que la recuperación sea más rápida.

A los dos días estaba trabajando a pleno rendimiento, supongo que en los trabajos más físicos requiere más descanso, pero creo que con cuidado en la mayoría de profesiones puede volver a trabajar rápidamente.


¿Estás contento con el trato recibido antes, durante y tras el tratamiento?

Totalmente. Todo el personal fue muy profesional y muy atento durante el proceso y, saber que están en mi propia ciudad y no tener que hacer ningún viaje largo o vídeo chat para cualquier consulta me tranquiliza. Para mí el trato personal es muy importante.


Para una garantía de éxito total, es necesario que el paciente se involucre y siga rigurosamente las recomendaciones del médico tras el trasplante, ¿tuviste alguna dificultad con ellas?

Ninguna, simplemente la molestia de dormir la primera noche un tanto erguido y sin poder apoyar la cabeza por la operación pero al segundo día ya pude dormir de lado. Después procurar mantener la zona húmeda y limpia para que no se formarán costras en la zona. Al final es como tener una plantita ahí arriba que hay que cuidar.


Todavía tendremos que esperar unos cuantos meses antes de ver el resultado, pero ¿estás contento con lo conseguido hasta ahora?

Sí, en mi caso, por mi profesión y al ser de cara al público, me preocupaba que se fuera a notar. Realmente al tercer día ya era imperceptible. Eso sí, me preguntaban por qué me había rapado la cabeza.

Por el resto no me preocupo, estoy haciendo bien el mantenimiento de la zona implantada y con un poco de paciencia en unos meses empezaré a ver los resultados definitivos.

Dada tu profesión, habrás podido ver cueros cabelludos sometidos a trasplante. ¿Qué opinas de tus resultados en particular?

Excelentes, han pasado por mis manos muchos clientes y he visto de todo… Y muchas veces no para bien... En mi caso, no habiendo pasado ni un mes, no me ha quedado ningún tipo de cicatriz visible tanto en la zona de extracción como en la de implantación.


¿Recomendarías a un amigo que se sometiera a un trasplante capilar?

Por supuesto, hoy en día ya no es un tema tabú y cada vez hay más personas que deciden hacérselo ya no solo por imagen, sino por una cuestión de confianza. Cuando afecta a tu forma de ser y de pensar y te condiciona para ciertas cosas, es mejor tomar cartas en el asunto.

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