CAUSAS Y CUIDADOS
La principal causa de preocupación masculina al paso del tiempo es esta: la caída del cabello. Si bien es cierto que la caída del cabello y reposición es algo natural, hablamos de calvicie o alopecia cuando este proceso no es regenerativo. Nuestros folículos pilosos mueren y no son capaces de regenerar nuevos cabellos debido a diferentes causas, algunas propias y otras externas.
El paso del tiempo es inexorable y prueba de ellos es la mata de pelo que nos cubría la cabeza con 20 años y la que podemos lucir ahora siendo un poco (o mucho) más mayores. Perder pelo es más fácil que mantenerlo y estadísticamente 9 de cada 10 hombres mayores de 21 años sufrirán caída del cabello a lo largo de su vida. Pero no nos alarmemos, ya que en la estadística se tiene en cuenta también las coronillas despobladas o las entradas, que pueden evolucionar hacia calvicie o simplemente mantenerse como están.
El estrés, una alimentación deficiente, el uso de suplementos deportivos e incluso una coleta o moño muy tirante y llevado de forma constante pueden hacer que nuestro cabello caiga o se vuelva más escaso. Pero la principal causa de pérdida de cabello en los hombres es la alopecia androgenética. Ésta se produce por un cambio hormonal como primera causa y una cierta predisposición genética. La combinación de las dos es lo que hará que te encuentres más pelos de lo que desearías en la almohada. Los hombres estamos programados para perder el cabello pero si además hay herencia genética de alopecia en la familia hace que ese cambio hormonal sea más acusado y que estemos realmente en apuros para hacernos el tupé.
La causante de tu corinilla despoblada es la DHT, hormona masculina que sustituye gradualmente a la testosterona. La testosterona es la responsable del crecimiento óseo y muscular del hombre, así como la producción del vello y el cabello. Sobre todo a partir de los 20 años la DHT comienza a sustituir a la testosterona y aunque sea también una hormona masculina es menos influyente en nuestro desarrollo. Por lo tanto el crecimiento del cabello pierde fuelle, se cae y no es repuesto.
Durante nuestros 20 años las entradas que han aparecido pueden avanzar o simplemente quedarse tal cual, pero la diferencia la marca la entrada en los 30. A esas edades las entradas se hacen más visibles y que en algunos casos se combina con escasez de pelo en la coronilla. Antes de su caída total el primer síntoma que notaremos es que el pelo va perdiendo grosor y por lo tanto su fuerza. Con el tiempo este pelo débil caerá y ya no se repondrá en esas zonas dando lugar a la temida calvicie.
Entre los 30 y los 40 las entradas estarán más crecidas pero también habremos perdido densidad en la línea de la frente, lo que hará que parezcan menores pero que luzcamos un buen frontón. Llegados a este punto la alopecia puede parar o, en casos más graves, seguir su curso hacia síntomas más acusados y visibles y la calvicie de la coronilla irá avanzando hacia los laterales de la cabeza y la frente. Y te guste o no ha llegado el momento de raparte.
Hay diferentes métodos para intentar luchar contra la alopecia y se agrupan en dos categorías: soluciones preventivas y soluciones finales. Si la alopecia no es grave sino que solo tenemos entradas marcadas y coronillas que comienzan a clarear, tomaremos soluciones preventivas. En la actualidad las más efectivas son el laser capilar de baja frecuencia, bioestimulación transdérmica BET, minoxidil o tratamiento con plasma rico en plaquetas. El minoxidil lo podemos encontrar fácilmente en farmacias y se usa de forma tópica sobre el cabello y la zona a tratar. El resto de tratamientos se ofrecen en numerosos centros de estética a diferentes precios. La efectividad de los tratamientos depende mucho de la persona y no siempre se obtiene el resultado deseado aunque puede mejorar nuestra apariencia.
Dentro de las soluciones finales hay una que ha comenzado a cobrar fuerza en los últimos años y es el injerto capilar. Mediante esta técnica se cogen los cabellos de la zona de la nuca y de por encima de las orejas, que es donde el cabello nace más fuerte y donde la alopecia menos ataca. Se seleccionan los folículos deseados y se coge una lámina de la que después se separaran individualmente y por medio de pequeños agujeros en la piel se van injertando. Al cicatrizar el cuero cabelludo puede regenerar ese folículo o desecharlo. Si el folículo ha arraigado el pelo seguirá creciendo hasta cubrir la zona afectada. En el caso de no disponer el paciente de pelo de dónde tirar se puede recurrir a un donante.
El repunte de esta técnica se basa en el aumento de la oferta de este tratamiento en países extranjeros. Turquía se lleva la palma en cuanto al número de casos abordados. Es tal la cantidad de pacientes que se atienden que no es nada raro ver excursiones completas de hombres calvos llenando aviones y que después hacen turismo por Ankara, capital del país otomano, luciendo un tétrico vendaje en sus cocorotas. Los resultados suelen ser buenos aunque a más de uno le ha salido un pelo muy oscuro y rizado bastante sospechoso, pero para muchos es mejor eso que su calva.
Nosotros creemos que no hace falta viajar fuera de España para realizar estos tratamientos. Quizá hay un precio más bajo en otro país, pero que sumando vuelos, estancias y comidas te sale por un ojo de la cara como para que encima te injerten pelo de vete tú a saber que parte del turco en cuestión. La oferta en España es amplísima y con las garantías que nos ofrecen las clínicas privadas o institutos de cuidado capilar que están a la cabeza de la investigación mundial.
Si por el contrario te gusta lucir una bonita cabeza afeitada que sepas que ahora hay productos específicos para ti. Lo que hace unos años contábamos como el colmo de los colmos se ha hecho realidad: el champú para calvos. Este champú se ha formulado y fabricado en España y atesora ya varios premios. Carobels ha materializado esta joya cosmética llamada Doctor Bald que te ayudará a mantener la cabeza fresca, limpia y sin los incómodos brillos que hacen que resplandezcas más de lo que te gustaría. Se aplica con un cepillo patentado que va insertado en el bote de champú para ayudar a limpiar en profundidad los poros a la vez que te da un suave masaje.
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