Buscando en el baúl de los recuerdos de la historia de la barbería es ciertamente muy complicado encontrar en archivo mujeres barberas que hayan sido referente. Para mujeres que son barberas hoy y para el resto de la humanidad, sus nombres quedaron en el olvido. Se sabe que desde hace cientos de años ha habido mujeres que han afeitado, que han cortado el cabello, que han sido mujeres y barberas. Esto es una realidad. Es tan complicado encontrar referentes de barbería en esta historia pasada, incluso en la más cercana, en la contemporánea..., esa que no tiene más de cien años, que hemos creído muy necesario recordar que ya a principios de siglo XIX no solo usaban la navaja y la brocha, si no que también demostraban que lo hacían bien y los hombres se ponían en sus manos. Al igual que hoy en todos los lugares del mundo.
Aunque solo hemos podido recuperar unas cuantas fotos, y unos pocos apellidos, hemos querido, al menos, dejar constancia de que la historia de las mujeres barberas no es de hace dos días. Y para muestra, estas fotografías; la más antigua data de 1915. Tampoco podemos olvidar a las hermanas House en Australia, en el año 1927, trabajando en la peluquería de su padre, Jack House, justo debajo del estudio de cine de Australasian Films. Sabemos que la primera estilista femenina con licencia en la ciudad de Nueva York trabajó a mediados del siglo pasado. Es complicado hacerse una idea sobre la situación de la mujer barbera de hace cien años, pero si hoy en día queda algún tarugo que discrimina..., fácil seguro que no era. Y solo son suposiciones, porque si sus nombres están en el olvido, sus historias más aún. Historias de superación y de lucha que nos encantaría conocer. Seguro que a ti también. Por eso es tan importante que hoy se valore a mujeres que han hecho historia, que han seguido sus pasos, que no les ha importado dar un paso para atrás para después dar cuatro para adelante. Por eso es importante que hoy se valore a mujeres que son referentes, que otras mujeres se fijen en su trayectoria, en su éxito, en su forma de vivir la vida.
Mujeres luchadoras como las de hace un siglo, que trabajaban codo con codo con otros hombres, porque el buen hacer no entiende de género, porque es tan valiosa esa figura femenina en la barbería que quien no la tiene realmente se lo pierde. Las mujeres que ayer lucharon por hacer lo que más les hacía disfrutar estarían orgullosas de todas vosotras.
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